Un informe revela los "tres grandes riesgos" que amenazarán a la UE en 2026... y otros dos en los que mantiene vigilancia especial
El Instituto Universitario Europeo (EUI) ha publicado su informe anual sobre riesgos globales para la Unión Europea, advirtiendo de una serie de amenazas que podrían afectar al bloque en 2026. El estudio, basado en datos recopilados por periodistas y fuentes informales, identifica tres problemas estructurales que dominarán la agenda europea: posibles sabotajes a infraestructuras críticas, una ruptura de la alianza transatlántica con Estados Unidos y la evolución del conflicto en Ucrania.
Principales riesgos identificados para 2026
Los analistas del EUI clasifican los riesgos en tres niveles –alto, medio y bajo– y señalan que el peligro más inmediato es un ataque interno y no convencional, lo que denominan “guerra híbrida”. Este tipo de amenaza comprende acciones como sabotaje submarino, interrupciones de redes eléctricas y ataques a cables de telecomunicación, y se considera el riesgo de mayor impacto y probabilidad para la UE.
En el ámbito geopolítico, el informe destaca dos escenarios centrados en Rusia. El primero es la posibilidad de un alto el fuego en Ucrania que beneficie a Moscú, lo que, según el documento, tendría consecuencias graves para la seguridad europea al legitimar ganancias territoriales rusas y debilitar la soberanía ucraniana. El segundo contempla un nuevo ataque ruso contra un Estado no miembro de la OTAN, considerado también de alta probabilidad.
En cuanto a la relación con Estados Unidos, el estudio advierte que un posible retroceso de la política estadounidense —aunque menos catastrófico que un conflicto directo OTAN‑Rusia— representa una vulnerabilidad estructural para la arquitectura de seguridad europea. Los autores subrayan que la dependencia del aliado transatlántico se percibe cada vez más como un riesgo, y que la UE debe prepararse para operar con una mayor autonomía defensiva.
El informe también incluye un riesgo de índole geoestratégica fuera del continente: un conflicto militar en el estrecho de Taiwán. Aunque la UE no actúa como potencia militar directa, cualquier escalada en la zona tendría un alto impacto económico, al interrumpir las cadenas de suministro y las rutas comerciales que sostienen al bloque.
Además de estos riesgos elevados, el documento enumera una serie de amenazas de impacto medio. Entre ellas se encuentran un ataque terrorista masivo en territorio europeo, el fortalecimiento del crimen organizado vinculado al narcotráfico y la migración irregular utilizada como herramienta de presión política. La inestabilidad en Oriente Medio y el Norte de África, particularmente la posibilidad de que se rompa un alto el fuego entre Israel y Hamás, también figura como un factor de riesgo moderado que podría repercutir en la seguridad europea.
Otros escenarios de riesgo medio incluyen una posible escalada del conflicto entre Israel e Irán, ataques a buques europeos en el Mar Rojo por parte de los hutíes, y tensiones en el Mar de China Meridional provocadas por acciones agresivas de Pekín. Cada uno de estos episodios, aunque menos probables que los riesgos principales, requiere vigilancia y preparación por parte de la UE.
Según Veronica Anghel, autora del estudio y profesora del EUI, la encuesta sobre riesgos globales para la UE constituye la única “instantánea” sistemática y de alta calidad que refleja la percepción de la comunidad de seguridad europea sobre las amenazas del próximo año. “Para 2026 el mensaje es claro: los riesgos de seguridad, tanto convencionales como híbridos, se están acumulando justo cuando la última Estrategia de Seguridad Nacional de EE. UU. percibe a la UE menos como un socio y más como un problema. La relación transatlántica sigue siendo vital, pero Europa ya no puede delegar su seguridad y debe planificar basándose en su propio mapa de riesgos”, afirmó Anghel.

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