​Netflix compra un siglo de historia: El botín de Warner Bros. y HBO Max que se lleva la plataforma, en un repaso visual

Netflix ha anunciado un acuerdo histórico para adquirir los activos de Warner Bros. Discovery y HBO por alrededor de 82.700 millones de dólares. La operación, cuyo cierre está previsto entre los próximos 12 y 18 meses, no se limita a la compra de un catálogo o a la asunción de deudas; implica la transferencia de un legado cultural que lleva más de un siglo moldeando la cinematografía y la televisión.

Una compra que trasciende lo financiero

Con esta transacción, Netflix supera a gigantes como Paramount y Comcast y se posiciona como el nuevo custodio de la memoria audiovisual de Hollywood. Warner Bros. Pictures, uno de los cinco grandes estudios de la industria, ocupa un terreno de 44,5 hectáreas en Burbank, California, pero su verdadero valor reside en el extenso repertorio que ha creado desde 1923.

Los orígenes de Warner Bros. se remontan a la visión de los hermanos Harry, Albert, Samuel y Jack Warner, quienes fundaron la compañía en 1923 y estrenaron su primer largometraje mudo, Main Street. La verdadera revolución llegó en 1927 con The Jazz Singer, la primera película en presentar diálogos sincronizados, marcando el fin del cine mudo y estableciendo el dominio del sonido en la industria.

Durante la década de 1930, el estudio alcanzó una producción de cerca de 100 películas anuales y controló 360 salas en Estados Unidos. Fue la época dorada de los géneros de gánsteres (The Public Enemy, Little Caesar) y del nacimiento de los icónicos “Looney Tunes”, que dieron al mundo a personajes como Bugs Bunny y el Correcaminos.

La Segunda Guerra Mundial reforzó la relevancia del estudio, que en 1942 lanzó Casablanca, una obra maestra que se convertiría en símbolo permanente del drama romántico.

En los años 1950 y 1960 Warner Bros. se adaptó a la llegada de la televisión, produciendo series western como Cheyenne y Maverick, y dramas detectivescos como 77 Sunset Strip. En el cine siguió cosechando éxitos críticos: A Streetcar Named Desire (1951), Rebel Without a Cause (1955) y My Fair Lady (1964), entre otros.

Tras varios cambios de propiedad, en 1969 la compañía pasó a formar parte de Kinney National Company, que más tarde se convertiría en Warner Communications y adquirió los derechos de DC Comics. Esto sentó las bases para los futuros blockbusters de superhéroes, como Superman (1978) y Batman (1989).

Las décadas de 1970 y 1980 fueron testigo de una diversificación de géneros: The Exorcist, Blade Runner, The Color Purple y la saga de Dirty Harry. Paralelamente, la cadena HBO empezó a consolidarse como referente de calidad en la televisión de pago.

Los años 1990 y 2000 consolidaron a Warner Bros. como fábrica de fenómenos globales. The Matrix (1999), la franquicia de Harry Potter (2001‑2011) y series icónicas de HBO como The Sopranos y Game of Thrones definieron nuevas formas de narración.

En el ámbito corporativo, Warner se fusionó con Time Inc. en 1989, formando Time Warner, y más tarde, tras una fallida integración con AOL, fue adquirida por AT&T en 2018 por 85 mil millones de dólares. En 2022, la unión con Discovery dio origen a Warner Bros. Discovery.

Hoy, Netflix, que inició su actividad como servicio de alquiler de DVD en 1997 y lanzó su plataforma de streaming en 2007, está a punto de cerrar un círculo al incorporar el vasto acervo de Warner Bros. Además de los clásicos, la compra incluye proyectos en fase de producción, como la película A Minecraft Movie, el éxito sorpresa Sinners, el reinicio del Universo DC liderado por James Gunn (con Superman previsto para julio) y la secuela de The Batman programada para 2027.

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