¿El mayor éxito de Netflix es un robo? La historia tras la demanda por plagio de 'Stranger Things'
Desde que Netflix se transformó en servicio de streaming en 2007, la plataforma ha lanzado miles de series y películas originales. Entre ellas, Stranger Things se ha convertido en el buque insignia de la compañía, con un presupuesto que la sitúa como la segunda producción más cara de la historia, solo superada por Los anillos del poder. Sin embargo, durante varios meses surgió la sospecha de que la serie pudiera ser un caso de plagio.

Todo comenzó cuando Charlie Kessler, asistente de producción de series como The Affair, creó en 2011 un cortometraje de ocho minutos titulado Montauk. El relato mostraba la desaparición de un niño y una serie de actividades sospechosas en una base militar, concluyendo con la aparición de una criatura de otra dimensión. Cinco años después, en 2016, se estrenó la primera temporada de Stranger Things, cuyo argumento presentaba notables similitudes con el guion de Montauk.
El proceso judicial
Kessler, que había intentado convertir su corto en una película sin éxito, decidió demandar a los hermanos Duffer, creadores de Stranger Things, alegando que habían utilizado su obra como base para la serie. Los Duffer, por su parte, afirmaron que nunca habían tenido conocimiento del proyecto de Kessler. El caso llegó a los tribunales, pero antes de que se celebrara el juicio, el abogado de Kessler le informó que los Duffer disponían de pruebas contundentes que demostraban que habían desarrollado la serie antes de que el cortometraje fuera concebido.
En 2010, cuando Kessler aún no había presentado su idea, los Duffer ya estaban trabajando en lo que sería Stranger Things. Ante la evidencia, Kessler retiró su demanda, reconociendo que la coincidencia era, en el mejor de los casos, fortuita. Desde entonces, la acusación de plagio ha perdido fuerza y la serie sigue siendo considerada una creación original de los hermanos Duffer.
En resumen, aunque durante un breve periodo existió una duda razonable sobre la originalidad de Stranger Things, la resolución judicial confirmó que la serie no constituye un plagio de Montauk. La polémica quedó atrás, y la producción continúa consolidándose como una de las más exitosas y costosas de la historia del streaming.

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