Solo un 37% de los usuarios en España ha dado el salto a Windows 11: por qué seguir en versiones antiguas se ha convertido en un problema serio de seguridad
Microsoft ha reiterado durante los últimos meses la necesidad de migrar a Windows 11, pero la respuesta de los usuarios españoles sigue siendo escasa. Según el último informe de Kaspersky, solo el 37 % de los equipos con Windows en España han dado el salto a la nueva versión, mientras que el 53,3 % continúa con Windows 10 y un 4,6 % todavía funciona con Windows 7, cuyo soporte finalizó en 2020.

El fin del soporte de Windows 10 está programado para octubre de 2025. Aunque Microsoft permite solicitar una extensión hasta 2026, los dispositivos que no la obtengan dejarán de recibir parches de seguridad, lo que los expone a vulnerabilidades que los ciberdelincuentes pueden explotar.
Principales motivos de la reticencia española
Varios factores explican la resistencia al cambio:
Compatibilidad de hardware
- El requisito del TPM 2.0, obligatorio para Windows 11, no está presente en muchos ordenadores fabricados antes de 2017 o está desactivado en la BIOS.
- Procesadores recientes son imprescindibles; algunos modelos de AMD e Intel, aunque potentes, no aparecen en la lista de compatibilidad oficial.
Obsolescencia de software y periféricos
- Aplicaciones empresariales y controladores de dispositivos (impresoras, escáneres, etc.) no están optimizados para Windows 11, lo que genera errores y pérdida de funcionalidad.
Rendimiento y recursos
- Ordenadores con discos duros mecánicos o poca RAM pueden experimentar lentitud tras la actualización, pese a que Windows 11 no es significativamente más exigente que su predecesor.
Factores económicos y psicológicos
- El coste de adquirir un equipo nuevo o de realizar una migración a gran escala resulta prohibitivo para muchos usuarios y pymes.
- El temor a perder datos o a encontrarse con problemas de estabilidad también desincentiva la actualización.
En el ámbito empresarial, la situación es igualmente alarmante: el 53 % de los dispositivos corporativos todavía ejecuta Windows 10 y alrededor del 4 % de las pymes siguen utilizando Windows 7. Esta dependencia de software desactualizado compromete la continuidad del negocio y la eficacia de las soluciones de protección actuales.
Ante este panorama, es esencial que tanto particulares como organizaciones planifiquen la transición a Windows 11, ya sea mediante la renovación de hardware compatible o la solicitud de extensiones de soporte, para garantizar la seguridad de los datos y la resiliencia frente a amenazas cibernéticas.

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