Cuba eleva a 44 las muertes en la epidemia de chikunguña y dengue

El cantante y compositor Robe Iniesta, líder de la legendaria banda de rock español Extremoduro, falleció este lunes a los 63 años, según confirmaron sus familiares y la propia familia del artista.

En la misma jornada se dio inicio a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, evento al que la dirigente venezolana María Corina Machado no asistirá finalmente, según fuentes oficiales.

Epidemia de chikungunya y dengue en Cuba

El Gobierno cubano informó que el número de fallecidos por la actual epidemia de chikungunya y dengue ha llegado a 44, ocho de los cuales eran menores de edad. La viceministra de Salud, Carilda Peña, indicó en la televisión estatal que, de los 11 nuevos fallecimientos confirmados en la última semana, siete fueron por chikungunya (seis de ellos menores de 18 años) y cuatro por dengue (dos menores).

Durante el domingo se registraron 3 063 casos de síndrome febril inespecífico —la fiebre alta es el primer síntoma de ambas arbovirosis—, además de 385 casos nuevos de dengue y 199 de chikungunya.

El total de ingresos hospitalarios, la mayoría en domicilio, asciende ya a 32 553 pacientes; de ellos, 70 se encuentran en unidades de cuidados intensivos, entre los que predominan los menores de edad, según la viceministra. De esos 70, 11 están en estado crítico pero estable.

Al cierre de la semana previa, el número acumulado de casos de chikungunya alcanzó los 42 015, mientras que el sitio web de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) registra 25 995 casos de dengue en Cuba hasta finales de noviembre. No se reportaron casos de oropouche, según el Ministerio de Salud Pública.

Peña resaltó la disminución de los casos febriles en la última semana en comparación con la anterior (27 707 frente a 38 788), lo que, a su juicio, evidencia los resultados de las medidas adoptadas contra la epidemia.

El Gobierno cubano reconoció oficialmente el 12 de noviembre que el país estaba atravesando una epidemia de chikungunya y dengue, pese a que los primeros casos se detectaron en junio y la propagación se disparó en septiembre y octubre.

La crisis económica que atraviesa Cuba ha dificultado la capacidad de prevención, especialmente la fumigación masiva contra los mosquitos, así como el control mediante pruebas diagnósticas y la atención a los pacientes, que se ve limitada por la escasez de medicamentos.

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